Muchos padres sienten terror ante la posibilidad de que sus hijos padezcan de depresión. Y otros están confundidos porque como la adolescencia es la etapa de los cambios de humor bruscos y continuos tienen miedo de no saber detectar a tiempo este problema. Por eso es bueno contar con la información suficiente para saber si a ellos les puede estar ocurriendo. O si ese es el caso, poder actuar a tiempo e impedir que la enfermedad sea más grave. Es importante mantener una buena comunicación, fluida y constante, con los hijos y pasar tiempo con ellos para saber siempre cómo están.